* El reclamo se hace extensivo a la entidad oaxaqueña en la que uno de los casos insistentemente denunciado como impune es el de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín. ¡Justicia ya!
* Rafael Cano, líder del Foro Nacional de Periodistas denuncia que el Gobierno de Sonora, la autoridad municipal de Cajeme y el gobierno federal fallan en su deber de proteger la libertad de expresión.
(A la familia y amigos de Rubén Darío Calleja Leyva por su lamentable fallecimiento. Un abrazo fraterno y solidario en estos momentos difíciles. Descanse en paz)
Ante la imparable ola de asesinatos de periodistas en Sonora apoyamos la enérgica condena y exigencia de justicia del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores del cual somos cofundadores.
El llamado está dirigido a la Gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, a la Fiscalía General de la República, a la Fiscalía General de Justicia de Sonora y a las autoridades municipales de Cajeme.
La violencia es un acto anormal en la sociedad, es una manifestación de la descomposición del tejido social que nos afecta a todos; pero eso no significa que debemos acostumbrarnos a vivir en medio de la sangre que derraman los cuerpos de los asesinados, denuncia el líder nacional del Foro,Rafael Cano Franco.
En Sonora, concretamente en Cajeme, la violencia también alcanzó a los periodistas: el 16 de mayo fue el asesinato del colega Jorge Miguel Armenta, director de “Medios Obson”.
Posteriormente, el 27 de mayo, manos criminales lanzaron una bomba molotov a la vivienda del periodista Marco Antonio Duarte Vargas, propietario del medio digital “Ciudad Obregón Sin Censura”, en un hecho del que no se conoce el avance en la investigación.
Apenas el pasado 10 de junio fue encontrado el cuerpo sin vida de la periodista Alma Angélica Aguilar Domínguez, señala en su Posicionamiento el sonorense Cano Franco.
El líder nacional del Foro de Periodistas y Comunicadores aclara que se trata de hechos sin conexión aparente, pero con un denominador común: las víctimas eran periodistas.
Por tal motivo, desde el sureño estado de Oaxaca demandamos: ¡No maten al mensajero! ¡Basta ya de matar a los periodistas! ¡Ni un periodista muerto más! Si tocan a uno tocan a todos.
El reclamo se hace extensivo a la entidad oaxaqueña en la que uno de los casos insistentemente denunciado como impune es el de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín. ¡Justicia ya!
Este jueves 11 de junio, por fuera de su domicilio fue asesinado a cuchilladas el periodista José Castillo Osuna, director y propietario del medio digital “Prioridad Máxima”. Esto lleva la escalada de violencia contra periodistas a un nuevo nivel de terror.
“Si bien la violencia es un acto anormal, más anormal resulta que sean los periodistas víctimas constantes; esto solamente indica que las autoridades encargadas de velar por la protección de todos han fallado”, denuncia.“Esperamos resultados, pero nos han fallado tanto que la paciencia se agotó”.
Enfatiza que el Gobierno de Sonora ha fallado, falló también la autoridad municipal y, sin lugar a dudas, el gobierno federal, también, falló en su deber de proteger la libertad de expresión.
A nivel local siempre que suceden este tipo de eventos, de inmediato se pretende desligar el hecho de sangre del ejercicio periodístico de la víctima.
Para quienes investigan estos crímenes es muy importante conservar una “estadística sana” y en lugar de aceptar la realidad que son crímenes contra la libertad de expresión, buscan la manera de justificar la muerte en otras causas y no en el trabajo profesional que estos colegas realizaban.
Las autoridades siempre aparentan premura y son comedidas para atender estas agresiones, pero no presentan resultados y luego, como suele suceder, el expediente y la investigación cambia de manos, de lo local pasa a lo nacional y con ello se da el primer paso para el famoso “carpetazo” y con ello viene aparejada la impunidad.
“Esa situación es intolerable; al medio periodístico le genera oprobio y debe ser una vergüenza para todas las autoridades encargadas de garantizar justicia, pero en lugar de apenarse por su falta de resultados, se escudan en “la atracción del caso” para dejarlo en el olvido”, exclama Cano Franco.
Una vez más, un periodista fue asesinado en Cajeme, de nueva cuenta debemos exigir justicia ante un hecho consumado; en Sonora los criminales juegan al tiro al blanco con los ciudadanos y uno de sus objetivos somos los periodistas.
“¿Cuántos periodistas más deben morir Gobernadora? ¿Cuántas vidas de periodistas se requieren para garantizar la libertad de expresión en Sonora?”, cuestiona airadamente el líder nacional del Foro.
El Estado mexicano, como ente encargado de garantizar todas las libertades de los ciudadanos es incapaz de resguardar la libertad de expresión, pero al mismo tiempo exhibe tolerancia a los crímenes siendo lento en la investigación, rebasado por el crimen y con todo ello dando fomento a la impunidad.
En esas condiciones es muy complicado el ejercicio del periodismo, pero a diario hay muchos colegas que salen a la calle a realizar su trabajo en medio de la violencia, la amenaza y la muerte.
“Exigimos resultados inmediatos. Expresamos un rotundo ¡Ya basta a la violencia! Reclamamos garantías plenas para el ejercicio del periodismo en todo el territorio sonorense”. Reclamo que hacemos nuestro para el Estado de Oaxaca.
Ante los hechos sangrientos y la violencia contra periodistas “exigimos al Gobierno del Estado de Sonora mecanismos de protección ágiles, procesos de investigación sólidos y seguimiento a todos los casos que todavía no ofrecen justicia a las víctimas y sus familias”.
La violencia en Cajeme deriva de la indolencia de la autoridad municipal, pero la carencia de resultados exhibe complicidad de todas las instancias investigadoras, dejando además la percepción que un crimen contra un periodista es otro hecho más de la violencia cotidiana que se puede archivar y dejar en el olvido.
Es cierto que las autoridades están atendiendo la crisis de salud y económica que tenemos encima por el coronavirus, pero eso no debe ser pretexto para que en materia de seguridad todo quede en el “sálvese quien pueda”, para olvidarse de otras obligaciones tan determinantes para la buena marcha de la sociedad como es la protección de los ciudadanos y en este caso, de los periodistas.
alfredo_daguilar@hotmail.com
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