Jazmín GÓMEZ
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El Obispo Auxiliar de Oaxaca, Gonzalo Alonso Calzada Guerrero, afirmó que la Iglesia nunca intervino a favor ni encubrió los casos de pederastia cometidos por el sacerdote Gerardo Silvestre, en todo caso cuando existen ese tipo de situaciones lo único que se pide es que se investigue con claridad, con apego a la verdad y que salga a la luz la verdad.
Al ser cuestionado sobre la sentencia reciente al sacerdote, por 16 años de prisión al haberse comprobado que cometió abusos contra un centenar de niños de la Sierra de Oaxaca, entre 2009 y 2010, el Obispo dijo desconocer de la sentencia -sin embargo- mencionó que no hay problema porque la ley se aplique siempre por igual, con los mismos criterios para todas las personas.
Indicó que así como se defiende que no haya calumnias ni privilegios, también se defiende que la ley sea equitativa, que los criterios para hacer justicia sean por igual contra cualquier tipo de persona, ocupe el cargo que ocupe.
En torno al caso del sacerdote Carlos Franco, en donde se ordenó la reaprehensión mientras se dicta sentencia, expuso que en su momento le dijeron que tenía que enfrentar la situación y actualmente no ocupa ningún cargo en la Iglesia hasta que se defina si cometió o no el ilícito del cual se le acusa.
Por otra parte, en la conferencia dominical el Obispo Alonso Calzada Guerrero habló de tres puntos principales que deben ser tomados en cuenta, recomendados por el Papa Francisco, con motivo de la Semana Santa.
“El Papa nos recuerda que la Cuaresma es un tiempo en el que se nos invita a la conversión, a un cambio de mentalidad y de actitudes que nos preparen a vivir el misterio pascual de Jesús, su pasión, muerte y resurrección”, precisó.
Sobre los puntos a considerar destacó tratar a la otra persona “como un don”, reconocer con gratitud su valor, incluso, cuando se siente cierta molestia con algunas personas; el segundo punto a considerar es recordar que la codicia es la raíz de todos los males, causa principal de la corrupción, de las envidias, de los pleitos y el recelo; el tercer punto es una invitación a acercarse a la palabra de Dios, a su lectura y a la meditación.