En la actual coyuntura, la atomización de los partidos políticos puede hacerle más llevadera la vida a quienes rigen actualmente los destinos de nuestra Nación, mucho más en una etapa de profunda transformación de la vida pública. Más opciones, son también signo de mayor pluralidad y competencia.
Sin embargo, hubiera preferido que el Tribunal Federal Electoral le otorgara el registro al partido de Felipe Calderón y Margarita Zavala, conocido como México libre. Así, los conservadores tendrían dos opciones para escoger: el Partido Acción Nacional, desplazado del poder en 2012 por sus excesos y raterías, y el grupo de ex panistas fieles al expresidente y su esposa.
Para el actual régimen sería mejor enfrentar electoralmente, a varios adversarios, modestos, que a uno o dos partidos fuertes. Y por supuesto tener aliados en las instituciones políticas de reciente factura.
No debe descartarse nunca, que de aquí al 2024 pudiera aparecer una oposición, real, verdadera, robusta y amplia, con liderazgos limpios que, por la vía pacífica, como llegó Morena, la desplace de la presidencia y de la mayoría en las cámaras del Congreso. Toquemos madera.
Responder ante la justicia estadounidense, tal vez como testigo, sería la próxima aduana que tendría que salvar el michoacano, porque en el juicio que se sigue a su ex secretario de Seguridad, se busca probar la protección que se le otorgaba al cartel de Sinaloa.
Magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, castigaron a México libre a causa de la oscuridad, por decir lo menos, con que se manejaron aportaciones para su financiamiento. En la misma sesión del Tribunal, cobraron notoriedad nombres de personajes, que ahora poseen un partido, como la profesora Elba Esther Gordillo o Pedro Haces Barba. Por cierto, este último, a través de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, Catem, y ahora por medio de Fuerza Social por México, tiene ligas con poderosos políticos de Morena y hasta con el PRI oaxaqueño. Además de estas dos formaciones, sujetas a los resultados que alcancen en los próximos comicios, el Tribunal revivió a partidos como el PES, el cual pretende ocupar el confortable lugar que hoy ostenta el Verde.
Una verdadera bomba llegó la noche del jueves procedente del extranjero. Rápidamente trascendió la detención, ordenada por la agencia antidrogas de los Estados Unidos, la DEA, en Los Ángeles, California, del extitular de la Secretaría de la Defensa, Salvador Cienfuegos Zepeda, de larga carrera castrense y cercanísimo a Enrique Peña Nieto. Cienfuegos, de 72 años, al parecer está acusado de delitos relacionado con el narcotráfico y otros. Ayer debió escuchar los cargos de encausamiento en la corte angelina y trasladado a Brooklyn, donde se sigue proceso a García Luna.
A Cienfuegos se le recuerda por la masacre de Tlataya; también, se le reprocha su negativa como jefe de la Defensa Nacional a que se abrieran las puertas del cuartel de Iguala, para indagar el paradero de los 43 normalistas desaparecidos. Como es un golpe de la justicia estadounidense a un miembro de la élite militar mexicana, el gobierno de López Obrador se ha cuidado en anticipar que, si existieran otros implicados, no habrá encubrimiento de nadie por poderoso que haya sido su desempeño en la Secretaría de la Defensa Nacional, noble institución que ha sido utilizada, en varios sexenios, como parapeto de prácticas de corrupción y complicidades con diferentes cárteles.
Esta acción de la DEA, aparentemente anunciada con sigilo al mandatario mexicano en fecha reciente, hace más que oportuna la actuación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al autorizar la próxima consulta ciudadana para que se revise la actuación de funcionarios del pasado reciente, incluyendo los expresidentes, que nadie puede negar, aunque falte comprobarlo, estaban al tanto o participaban de la actividad delictiva de sus subordinados.
El golpe a los malos militares y policías, está dejando sin argumentos a quienes aseguran que con el actual gobierno las cosas siguen igual, que no hay cambio verdadero. Los resentidos preguntarán por qué allá se les investiga y no acá. Sencillo: porque aquí el poder presidencial y sus instituciones eran omisos hasta hace poco.
Mientras las y los ciudadanos nos libramos de sostener a México libre, a otros los detienen por narcos y corruptos, el vivo ejemplo de los malos gobiernos del PRI y del PAN. Quedan ahora dos preguntas a resolver en los días por venir: ¿Cuándo llamarán a declarar a Felipe Calderón? Y, ¿Quién sigue?
@ernestoreyes14