La falta de políticas públicas integrales para la atención, prevención, sanción y eliminación de la violencia en la entidad ha originado que en Oaxaca en tan solo 10 meses hayan desaparecido 278 mujeres, reflejo –sin duda alguna- del fracaso y omisión de las instancias de procuración de justicia, como es la Fiscalía General del Estado y la misma Secretaría de Seguridad Pública.
No es posible que en cuatro años que va del sexenio del Gobernador Alejandro Murat Hinojosa se contabilicen, de acuerdo a estadísticas hemerográficas de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad más de 960 mujeres desaparecidas, de las cuales el 58% (554) son niñas y adolescentes, y se desconoce con exactitud cuántas de ellas fueron localizadas con vida y cuántas más asesinadas de manera oficial.
El fiscal general Rubén Vasconcelos Méndez, a pesar de ser una información pública que debería conocer la ciudadanía oaxaqueña, no ha rendido un informe sobre estas desapariciones que con más intensidad ocurren en las regiones de Valles Centrales con 503 casos; Istmo de Tehuantepec 119; Cuenca del Papaloapan 100; Costa 91 y Mixteca 84, que representan 897 desapariciones del total en todo el estado en la presente administración.
¿No debería encender la alerta roja para el Gobierno de Murat?…¿Por qué no le exige un informe completo al fiscal Vasconcelos?…¿no le importa lo que ocurra con las mujeres y las niñas desaparecidas?
Estas cifras que están de miedo, de terror, enchinan la piel, también empañan la administración muratista y con mucho más razón debería sentar en el banquillo de los acusados y exigirle cuentas al gabinete de seguridad, principalmente al fiscal Vasconcelos aunque sea “autónomo”, quien por cierto ayer entregó su Tercer Informe al Congreso del Estado y el comunicado fue enviado por el Gobierno estatal.
¡Plop!
Pero ni el presidente de la Jucopo, Horacio Sosa Villavicencio, ni el presidente de la mesa directiva, Jorge Octavio Villacaña Jiménez le preguntaron sobre las graves cifras de desaparecidas, por lo visto las mujeres son “letra muerta”, ahora entendemos por qué se han disparado los casos.
Villacaña Jiménez, exhortó al fiscal general para que los esfuerzos desarrollados por la dependencia se puedan redoblar, ya que Oaxaca se encuentra en una emergencia judicial y de seguridad que seguramente se agravará debido a la crisis económica provocada por la Covid-19. “Queremos que el exhorto hecho hoy no caiga en tierra infértil”, le dijo.
Qué papelón el de las y los diputados, le quedan a deber a la sociedad oaxaqueña.
En la información obtenida en la Plataforma de Violencia Feminicida también refleja que del total de mujeres desaparecidas en el estado, el 17% (165 casos) se reportan como “localizadas”, sin contar con datos sobre el estado de salud física y psicoemocional en el que fueron encontradas.
El 1.3% (13 casos) fueron encontradas sin vida, ya sea en fosas clandestinas o en espacios públicos, de acuerdo a datos proporcionados por Consorcio Oaxaca, puesto que la Fiscalía General del Estado hace “mutis” a un tema que debería ser de alta preocupación y de urgente atención, pero no es así.
Dentro de todo este contexto de violencia y desapariciones de mujeres, hay otro dato interesante que tiene que ver con la activación de la Alerta de Género en Oaxaca (del 31 de agosto de 2018 al 27 de octubre de 2020), la desaparición de mujeres registra un total de 643 casos, lo que refleja un incremento del 103% respecto a los 317 registrados hasta antes del decreto en el estado, que da un total de 960 desapariciones.
En los 40 municipios que cuentan con Alerta de Violencia de Género en Oaxaca, los siguientes presentan las cifras más altas en desaparición de mujeres: Oaxaca de Juárez con 190 casos; San Juan Bautista Tuxtepec 60; Huajuapan de León 37; Salina Cruz 34; Santa Lucía del Camino 34 y Villa de Zaachila 30.
En el Informe sobre la situación de las mujeres en el contexto de la covid-19, el organismo público ha documentado que durante el periodo de contingencia sanitaria el hogar es el lugar más inseguro para las niñas y mujeres en la entidad, de ahí que organismos como la Unicef, señalen que:
“Las consecuencias de la covid-19 en la infancia y adolescencia en México no serán causadas mayormente por la enfermedad en sí; serán más bien secuelas de las medidas necesarias para prevenir el contagio, como la restricción de movimiento, el estrés, la situación económica de las familias, factores que amenazan la protección ante la violencia y el abuso contra la niñez y adolescencia” (Unicef mayo 2020).
Es criminal, por ejemplo, que del total de mujeres víctimas de desaparición en la entidad (960 casos) se observa que el 58% (554) son niñas y adolescentes, de las cuales 11% (60) se ubican entre 1 y 10 años de edad, y 89% (494) entre los 11 y 17 años.
Consorcio Oaxaca proporcionó las cifras que reflejan una realidad violenta para las niñas oaxaqueñas, pues de un total de 2235 mujeres víctimas de violencia en la presente administración, 672 son niñas y adolescentes entre 1 y 17 años de edad, es decir, un 30%.
La organización feminista recuerda que en 2011 la Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña con el objetivo de reconocer sus derechos, así como los problemas excepcionales que confrontan en todo el mundo.
En ese marco, comparte el subregistro hemerográfico de su Plataforma de Violencia Feminicida en Oaxaca, y destaca que del total de niñas y adolescentes agredidas del 1 de diciembre del 2016 a la fecha, se observa lo siguiente:
-El 57% de las desaparecidas en Oaxaca son niñas y adolescentes.
-De 536 niñas que están desaparecidas, 89% tienen entre 11 y 17 años de edad (477 casos).
-71 niñas sufrieron violencia sexual, 62% por violación y 31% por abuso sexual.
-26 fueron víctimas de feminicidio, 60% asesinadas por arma de fuego.
Los datos reflejan que en las 5 regiones donde la violencia feminicida contra mujeres de 18 años de edad o más ha sido preponderante, se registran 93% (622 casos) del total de agresiones contra niñas y adolescentes: Valles Centrales con 334 casos, Istmo 83, Mixteca 73, Costa y Papaloapam con 66 casos, respectivamente.
Y para rematar, ahora sobre los casos de muertes violentas de mujeres registrados del 1 de diciembre de 2016 al 26 de octubre de la administración muratista, van 468 mujeres asesinadas en Oaxaca, según el seguimiento hemerográfico del Centro de Documentación del Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos” (GesMujer).
Solo en 2020 suman ya 85 mujeres asesinadas y a partir que se instauró la Alerta de Violencia de Género son 253, lo que comprueba que la AVG también es un rotundo fracaso.
Preocupante la realidad que aqueja a las mujeres y niñas, pero más criminal es que nuestras autoridades hagan caso omiso a un tema que debería estar en la agenda pública como prioritaria y encender la alerta roja del gabinete de seguridad en Oaxaca.
De verdad, la situación sobre la desaparición de mujeres está de miedo en Oaxaca. Todas las instancias que tienen que ver con el tema de las mujeres en procuración de justicia y atención de violencia, son verdaderos “elefantes blancos”.
Ni hablar.
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