* Sobrevivió a 11 atentados
“El obispo de los pobres” y su amor por Oaxaca
Los últimos 50 años, Arturo Lona Reyes recorrió la zona del Istmo de Tehuantepec donde trazó caminos de solidaridad y justicia, así lo recuerda la grey católica quien en lutecio este sábado tras el fallecimiento del también conocido como “obispo de los pobres”.
El sacerdote se internó el pasado 20 de octubre en el hospital de la localidad de Lagunas perteneciente al municipio de El Barrio de la Soledad en la región del Istmo, por un problema en su columna, pero su estado de salud se complicó al dar positivo a Covid-19.
El párroco cumpliría hoy 1 de noviembre 95 años, sin embargo, la enfermedad del virus y otros padecimientos que tenía lo vencieron la tarde de este 31 de octubre. El cuerpo del obispo emérito fue incinerado y sus cenizas se trasladaron a la catedral de la Ciudad de Oaxaca.
El obispo de la Arquidiócesis de Antequera, Pedro Vásquez Villalobos recibió el nicho y a puerta cerrada ofreció una oración para el eterno descanso de su homólogo, y con quien compartió momentos de plegaria para la estabilidad social de Oaxaca.
Sobrevivió a 11 atentados
En 1952 Arturo Lona Reyes sufrió un atentado a su vida durante la construcción de un hospital para indígenas huastecos. En total el párroco fue víctima de 11 atentados, de los cuales salió con daños menores.
De acuerdo con su círculo cercano e historiadores, los atentados fueron a consecuencia de su trabajo con los indígenas en la defensa de sus derechos y de su dignidad así como en la protección y recuperación de la tierra y la creación de cooperativas de producción de café orgánico y de engorda de ganado; como una alternativa de economía solidaria para este sector de la población en el Istmo de Tehuantepec, y otras comunidades de Hidalgo.
“El obispo de los pobres” y su amor por Oaxaca
Arturo Lona Reyes amó a Oaxaca como si hubiese nacido en este estado, sin embargo, su nacimiento fue en Aguascalientes y sus primeros caminos como sacerdote las realizó en Hidalgo, el coordinador de opinión del diario La Jornada, Luis Hernández describe a Lona Reyes “como el siempre atento con los pobres dentro de los más humildes, pionero en la lucha por la defensa de los derechos humanos en América Latina”.
En su relato de la vida del obispo emérito, Luis Hernández señala que “recorrió el Istmo de un lado a otro, pueblo por pueblo. Se acercó a la gente, conoció sus culturas y su geografía. Lejos de oponerse a las protestas sociales, acompañó a muchas de ellas. Formó catequistas, promotores laicos y Organizaciones Eclesiales de Base (CEB). Incubó organizaciones autónomas de campesinos que atendían simultáneamente sus necesidades religiosas y su problemática socioeconómica. Convocó a faenas comunitarias, estableció cajas de ahorros, cooperativas y clínicas rurales. Su sencillez y buen humor eran proverbiales”.
Arturo Lona caminó siempre al lado de su gente. Para él, la pobreza no era una fatalidad, o un destino o una condición. Tampoco una desgracia. Era, lisa y llanamente, una injusticia. El sistema económico, aseguraba, no tiene la última palabra. Por eso se dedicó a combatirlo. Su vida da fe de su empeño en ello. No en balde fue mucho más que el obispo de los pobres señala Luis Hernández en el diario la Jornada.
Su consagración
De acuerdo con documentos en poder de la iglesia católica, Arturo Lona Reyes fue nombrado sacerdote el 15 de agosto de 1952 y consagrado obispo de Tehuantepec el 15 de agosto de 1971. Renunció a este cargo en 2001 por haber alcanzado el límite de edad.
Lona Reyes permaneció durante 30 años al frente de la diócesis en Tehuantepec. En ese tiempo fue cuestionado en múltiples ocasiones por descuidar el trabajo catequético en su jurisdicción.
Entre otras funciones, fue sido Presidente de la Comisión Episcopal de Indígenas en 1972 y fundador del Centro de Derechos Humanos Tepeyac de Tehuantepec
Reconocimientos y amistad con López Obrador
Hace dos años, el obispo fue galardonado con el XVI Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo”, un reconocimiento a toda una vida entregada en la defensa y promoción de los Derechos Humanos de los pobres e indígenas de Huejutla Hidalgo y de Tehuantepec Oaxaca.
El escrito que leyeron durante la entrega de su reconocimiento destacaba lo siguiente: Don Arturo vive en Lagunas, pero atiende la parroquia de San Isidro Labrador en la Col. Cuauhtémoc en la entrada a la selva de los Chimalapas. A principios de los 90´s en esta zona, participó junto con el Pintor Francisco Toledo en la negociación y recuperación de 40 hectáreas que pertenecían a los pueblos de los Chimalapas pero que eran explotadas por caciques chiapanecos.
Además de continuar trabajando con los indígenas de esta región, Don Arturo Lona asistió periódicamente al penal del Istmo, donde realiza actividades que tienen que ver con la pastoral penitenciaria. En este penal incluso asiste a 2 presos que en 1994 atentaron contra su vida pagados por los caciques de la región.
Don Arturo Lona también participó como mediador del conflicto social en Oaxaca entre la Asamblea de Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) y el Gobierno de Ulises Ruiz, pronunciándose de manera pública a favor de la liberación inmediata de Flavio Sosa uno de los integrantes de la APPO.
Además de este reconocimiento, el obispo emérito fue reconocido por legisladores de la república y por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, con quien se reunió en febrero de 2019. 2
Ante su fallecimiento, López Obrador dijo en un mensaje en su cuenta oficial de Twitter “Lamento mucho el fallecimiento del obispo Arturo Lona por su trabajo ejemplar en favor de los más pobres, como lo dije cuando me visitó en Palacio Nacional el 26 de febrero de 2019.